Los visionarios han advertido durante mucho tiempo sobre el impacto de la tecnología en nuestros trabajos. Algunos imaginamos una escena de ‘Los Supersónicos’, con su casa del futuro increíblemente automatizada y completada con una criada robot (sí, aquella con cofia y delantal).  Otros hacen predicciones sombrías sobre la cuarta revolución industrial, haciendo obsoletos incluso a los trabajadores más calificados. Es un tema que empuja la imaginación y juega con nuestras esperanzas y miedos.

Un estudio de McKinsey predice que para 2030, se podrían perder hasta 800 millones de puestos de trabajo en todo el mundo debido a la automatización. Se suponía que la tecnología nos ayudaría y nos haría la vida más fácil, pero ¿nos reemplazará por completo?, ¿seremos prescindibles?, ¿llegará el paro con ello?.

Con la tecnología la automatización ya está aquí

Cuando hablamos de automatización masiva, generalmente imaginamos un futuro distante y distópico. Pero, desde cajas registradoras de autoservicio hasta chatbots, es probable que ya haya entrado la automatización en nuestra vida cotidiana.

Evidentemente con el COVID-19 haciendo que el contacto humano sea visto como un mayor riesgo que antes, y las empresas con problemas de liquidez que buscan reducir costos donde puedan, es fácil imaginar un futuro no muy lejano en el que la tecnología reemplace una gran cantidad de roles.

La amenaza de la automatización solía cernirse sobre algunas industrias específicas, como la fabricación o el comercio minorista. Pero últimamente parece que ningún sector está a salvo. De hecho, una encuesta reciente encontró que una cuarta parte de los trabajadores de oficina en todo el mundo se preocupan por perder su trabajo debido a la automatización. Nuestros temores se reducen a algunos factores: la tecnología es más eficiente que nosotros; con el aprendizaje automático, la tecnología pronto será más inteligente que nosotros; la tecnología no pide pago por enfermedad o un aumento. Estas son preocupaciones legítimas, entonces, ¿deberíamos preocuparnos todos?

Reporteros bots

Ciertamente parece que la tecnología está asumiendo trabajos cada vez más especializados y complejos. Miremos el periodismo, por ejemplo. La creación de contenido de noticias de calidad requiere criterio, creatividad y matices. Puede pensar que una tarea como esta sería mejor realizada por humanos que por máquinas, pero el periodismo es un sector que está adoptando la tecnología a una velocidad vertiginosa.

Bloomberg, el editor de noticias global, reveló el año pasado que un tercio de su contenido utiliza algún tipo de tecnología automatizada. Usan un sistema llamado Cyborg, hasta ahora tan “ciencia ficción”, para ayudar a producir miles de artículos sobre las ganancias de la empresa cada trimestre. Pero cuando miramos más de cerca, esto no es solo reemplazar a los reporteros. Los periodistas de negocios encuentran que rastrear los detalles de un informe financiero es aburrido y requiere mucho tiempo. Pero Cyborg puede diseccionar un informe financiero de inmediato y crear instantáneamente una noticia compuesta por los datos y cifras más importantes. Lejos de reemplazar a los reporteros, el uso de la tecnología para hacer el trabajo duro que consume mucho tiempo podría ayudar a los periodistas a dedicar más tiempo al trabajo que necesita sus habilidades de juicio y su talento creativo. En lugar de escudriñar los documentos financieros, pueden dedicar su tiempo y energía a contar una historia más amplia.

Cuando eliminas a los seres humanos por completo, aparecen grietas en la tecnología, como descubrió Microsoft recientemente. En mayo, Microsoft anunció que despediría al personal editorial que mantenía las páginas de inicio de noticias en MSN, con la excusa de que ahora la AI podría realizar su trabajo. Solo una semana después, el software de inteligencia artificial ilustró una noticia sobre el racismo con una foto del miembro mestizo equivocado de la banda Little Mix. Vergonzoso y francamente ofensivo. Es una clara advertencia de que no debemos apresurarnos a deshacernos de los seres humanos de la sala de redacción.

Tecnología de aumento

Podemos ver la misma historia, que la tecnología funciona mejor cuando ayuda y aumenta la actividad humana, en otras industrias, como la medicina. Con la tecnología adecuada, los médicos sobrecargados podrían liberarse para pasar más tiempo con los pacientes y menos tiempo rastreando tareas repetitivas.

Un emocionante ejemplo de esto fue revelado en enero. Google Health anunció que sus científicos habían desarrollado un programa de inteligencia artificial que podía detectar el cáncer de mama en las mamografías. La tecnología superó a los especialistas porque falló menos casos y generó menos falsos positivos. El CEO de Google Health en el Reino Unido, Dominic King, explicó que esto podría aliviar la carga de los servicios de salud, sin reemplazar a los expertos. Dijo: “Esta es una gran demostración de cómo estas tecnologías pueden habilitar y aumentar al experto humano. El sistema de inteligencia artificial dice: “Creo que puede haber un problema aquí, ¿quieres comprobarlo?”

La tecnología puede aprender a detectar los patrones y marcar cuando hay un problema. Pero, ¿qué pasa con la comunicación al paciente? En última instancia, cuando se trata de explicar los resultados y discutir los próximos pasos, lo más probable es que un paciente preocupado quiera hablar con un ser humano.

¿Qué pasa con el resto de nosotros?

En su obra 21 lecciones para el siglo XXI el divulgador Yuval Noah Harari nos cuenta en su segundo capitulo que va a ser del empleo en los tiempos venideros, donde bots realicen todas las tareas de una manera más económica, rápida y certera.  Nos habla sobre el medico que nunca se equivoca, el barman que prepara el mojito perfecto, el conductor que no tiene accidentes.  Harari sugiere que el mundo laboral actual será un escenario caduco y que el futuro serán las máquinas quien trabaje por nosotros y que recibiremos una sustento del estado para poder vivir.

El problema de este proceso es la transición desde el modelo actual al modelo sugerido por Harari, un proceso que hará aumentar el paro, el desempleo, sobretodo en personas de baja formación.

Bimma acompaña a los clientes en su compra para conseguir que este proceso sea menos duro y que la decisión de compra no se vea afectado por la posible, según Harari segura, pérdida de trabajo.